Durante el invierno entre 1941 y 1942 un reducido grupo de prisioneros judíos levantaron las primeras instalaciones de Sered junto a un cuartel cercano.
Los trabajos destinados a los prisioneros eran livianos en comparación al resto de campos de concentración ya que consistían en trabajos manufacturados tanto para organismos públicos como para la población civil.
La población reclusa siempre osciló sobre los 1.300 prisioneros cuyas vidas dentro del campo eran de semilibertad ya que disponían de una escuela para los niños judíos, piscina, campo de deportes y biblioteca así como se autorizó un Consejo Judío que controlaba las actividades de los prisioneros y estaba dirigido por el Rabino Alexander Pressburger. También podían obtener visados para salir de Sered.
En Agosto de 1944 llega al campo el nuevo comandante Alois Brunner que amplía las instalaciones y, por lo tanto, las deportaciones masivas a Auschwitz (Polonia) y Theresienstadt (Rep. Checa); más de 13.500 judíos fueron deportados desde Sered.
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