Flick fue considerado, junto a Krupp, uno de los mayores industriales alemanes del Siglo XX. La producción de carbón y acero fueron parte importante para el desarrollo de este país aunque este empresario llegó a tener una cierta participación en Daimler AG. Con la llegada del nazismo, Flick se afilió al Partido Nazi e inmediatamente paso a convertirse en el Asesor Financiero del mismo e intimísimo amigo de Heinrich Himmler al que llegó a donarle más de 7 millones de Reichmarks durante unos 10 años.
Su posición de poderoso industrial junto a ser miembro del NSDAP le llevó a utilizar más de 48.000 prisioneros de los campos de concentración y exterminio como mano de obra esclavizada en sus diversas factorías, no ya las de Alemania, sino las requisadas en países invadidos y cuya dirección y gestión les eran estregadas; se estima que de en total murieron unos 34.800 obreros esclavizados dentro de sus fábricas debido principalmente al agotamiento y los malos tratos recibidos.
Con la caída del régimen hitleriano, Flick fue considerado Criminal de Guerra y juzgado en Nuremberg aunque en los años 50, con la Guerra Fría en marcha, las autoridades norteamericanas consideraron reducir penas y/o liberar a varios industriales procesados para reactivar en tejido industrial alemán entre los que se encontraban Fritz Ter Meer de IG Farben o Krupp.
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